Tacku

Un susurro en el monte. El viento se filtra entre tus hojas, y parece que repitiera, por lo bajito, la infinidad de historias que bajo tu sombra se narraron. La infinidad de ceremonias que se celebraron.

Árbol supremo. Árbol entre los árboles. Árbol con mayúscula (la forma simbólica que el lenguaje del invasor, paradójicamente, dotó a la palabra que te nombra, para cristalizar tu importancia). Los pueblos que entendieron tu lenguaje, te dotaron de ofrendas y leyendas; agradecimiento sabio a quien provee vida. Los pueblos que supieron comunicarse con vos, a través de la reciprocidad, te crearon nombres, como este, el Tacku, en quechua.

Infinidad los frutos de tu fruto. Fruto-potencia. Concentra las vastísimas posibilidades en que se puede materializar si pasa por unas manos habilidosas que la transformen en alimento.

Árbol refugio
...............vida
.....................descanso
..............................tierra
.......................................y alimento.


Magia en tus flores y en tu fruto. Magia en tu sombra frondosa. Sabiduría de siglos, atravesando los surcos de tu madera.

Testigo silencioso, debés de guardar la tristeza de haber visto a tus hermanos caer bajo la sierra ignorante y la máquina-espejismo-de-progreso. Tristeza de ver caer bajo el yugo opresor a los únicos que supieron entenderte. Un gigante que resiste a la codicia que todo lo devora.

Memoria viva. En toda la extensión de tus dimensiones, late la historia que corre por tu savia.